La
temporada de buceo ha finalizado ya para casi todo el
mundo, menos para los fanáticos, para los que el
invierno no significa colgar el traje, y para los que
disponen de una cartera repleta que les permita emigrar
a latitudes más cálidas del orbe terraqueo
donde poder dar envidia al resto de pobres mortales.
Nuestra
última aventura de Topodiving, para dar la bienvenida
al otoño, la hicimos en dos fases, primero fue
un grupito reducido en septiembre, de aparentemente mayor
nivel, y después otro más multitudinario
en octubre. Solo unos pocos tuvieron la osadía
de bajar las dos veces. |