|
El
espíritu de Topodiving está en crisis.
Quizá
no seáis conscientes, pero Topodiving está
en crisis. No hay sangre joven. Y nosotros nos
hacemos mayores. Y no todos los que vienen detrás,
tienen las características adecuadas para
convertirse en el fiel apéndice de sus
predecesores que deben ser.
Por eso urge hacer una selección de los
mejores vástagos, que deben seguirnos de
cerca, para aprender primero, y para guiar a las
generaciones venideras después, en el camino
a seguir en las experiencias topodivingescas.
Todo esto, obviamente se entiende que no afecta
al Topo mayor, que está en lo mejor de
la vida.
Es perentorio conseguir jóvenes con ganas
de liderar en el futuro el proyecto que puso en
marcha hace ya más de cuatro lustros, el
Topo mayor. Y aunque goza de buena salud, y se
siente joven y fuerte, empieza a sentir la necesidad
de transmitir y delegar.
Con
este fin, el Topo mayor ha diseñado una
serie de pruebas (repartidas en dos niveles, en
función de la edad de los aspirantes),
que los aspirantes a entrar en la secta de Topodiving
tendrán que superar. Dadas las penurias
que los progenitores han tenido que soportar por
pertenecer a la secta, no se les puede vender
que las pruebas son para ser miembros de pleno
derecho de Topodiving, así que se les ha
dicho que su finalidad es conseguir el título
de Caballero Templario.
Esta es la crónica de lo acontecido en
esas pruebas:
La primera prueba fue conjunta para chicos y grandes,
y versó sobre puntualidad. Y ya se vieron
las primeras carencias. Carencias que de haber
contado los candidatos con carné de conducir,
hubiera supuesto la expulsión inmediata
de la secta. Se recogieron las llaves y se dejó
el equipaje en los aposentos, e inmediatamente,
se condujo a los aspirantes al restaurante. Allí
se les estuvo observando para determinar cómo
se comportan los aspirantes en ambientes lujosos,
poniéndoles delante de un deslumbrante
banquete.
Posteriormente, se puso a prueba la entereza de
todo el grupo, y sus cualidades, para las duras
excursiones a las que son sometidos los integrantes
de los viajes y excursiones de Topodiving. Para
ello visitamos el Castillo de Calatrava, una prueba
en la que además de la caminata, las piedras
y el tiempo erguido, hubo que aguantar la ardua
charla del guía. Todo un reto a superar.
Las pruebas posteriores fueron encadenadas, a
fin de que unas pistas llevaran a otras, y estas
a conseguir los objetivos que se habían
establecido. Ni que decir tiene que el seguimiento
y consecución de todas esas pistas y pruebas,
eran escrutadas por los examinadores.
Pruebas
de niños chicos:
Acompañados
de algunos tutores, se puso a prueba la resistencia
física de los más pequeños,
subiendo las escaleras a las terrazas superiores
de los aposentos, para hablar con un mago que
les daría pistas para conseguir el ansiado
título de Soldadito Templario. Y para volver
al interior, tuvieron que hacer uso de su persuasión
para convencer a los guardianes de la puerta,
para que les dejase pasar.
Una vez dentro de nuevo, tuvieron que demostrar
su astucia para robar llaves de habitaciones,
e introducirse sigilosamente en la que contenía
la merienda, y sacarla sin que fueran descubiertos.
Después tuvieron que sacar a relucir su
creatividad, elaborando sus propios trajes, con
los que luego recibirán clases de esgrima
con maestros espadachines, poniendo a prueba su
capacidad de aprendizaje y concentración.
Posteriormente se probaron los conocimientos adquiridos
y su espíritu de equipo, en la compleja
tarea de rescatar a una princesa sorteando diversas
dificultades. La princesa, en agradecimiento,
les indicó donde podían conseguir
el huevo de búho que tendría que
utilizar en la siguiente prueba.
Ésta, consistía en hacer volar el
huevo sin que se rompiera, por lo que tuvieron
que demostrar sus dotes de sabueso para buscar
a alguien experto en esas lides que les asesorara.
Una vez determinado el método, lo llevaron
a cabo con éxito, lo que supuso que habían
superado todas las pruebas y se les adjudicó
una espada de Soldadito Templario a cada uno.
Pruebas
de niños grandes:
Primero
tuvieron que subir a las almenas del alojamiento,
donde un mago les dio pistas entre hechizo y hechizo
para empezar la búsqueda de su ansiado
premio: conseguir el título de Caballero
Templario.
Posteriormente, los aspirantes tuvieron que enfrentarse
al cuerpo de guardia. Y a punto estuvieron de
recibir una buena paliza, pero descifraron a tiempo
el primer enigma, al pronunciar las palabas mágicas
que les permitirían deambular por todo
el alojamiento: "Quiero ser templario".
Buena memoria demostraron los aspirantes. Pero
ahora debían averiguar el siguiente paso,
así que peguntaron a todo personaje que
se les cruzó, hasta que determinaron que
la siguiente prueba, sería convencer a
los capitanes templarios de que les ordenasen
caballeros.
Los aspirantes fueron recibidos por los capitanes
con desprecio, a fin de poner a prueba su autoestima
y su perseverancia. Se dieron cuenta, en un ejercicio
de humildad que necesitaban aprender. Así
que buscaron asesoramiento, entrenaron concienzudamente,
y volvieron con los deberes hechos a hablar con
los capitanes. Ante el cambio de actitud, los
capitanes les propusieron un reto en tres fases
que los aspirantes debían superar.
Debían encontrar un huevo mágico,
por lo que tendrían nuevamente que emplearse
a fondo para averiguar dónde estaba, y
cómo hacerlo mágico. No escatimaron
esfuerzos y, dando esquinazo a damas que les estorbaban
en su progresión, lograron encontrarlo,
y gracias al mago, hacer un encantamiento para
hacer mágico al huevo. Ya empezaban a ser
diestros en la famosa Técnica Disney Topodiving
que les abrirá muchas puertas en las aventuras
que correrán con Topodiving.
Esa era la primera prueba. La segunda, consistía
en encontrar las llaves de un aposento, acceder
al mismo, y encontrar unas piezas de puzle a oscuras
y en silencio, para sortear los porrazos de un
supuesto Prior. Los aspirantes demostraron que
empezaban a dominar las técnicas de camuflaje,
y la picaresca que tantas veces hemos usado en
los viajes de Topodiving.
La
tercera prueba consistía en rescatar a
unas damas encerradas en una habitación,
para lo que tuvieron de nuevo que emplear el engaño
y el subterfugio para conseguir la información
de la localización, así como las
llaves; y después sacrificarse y recibir
decenas de porrazos para conseguir el objetivo.
Los aspirantes habían demostrado tener
una cantidad notable de las cualidades esperadas
en un integrante de Topodiving, pero sobre todo,
determinación.
Pero aún quedaba una prueba más:
Los aspirantes debían demostrar seguridad
en sí mismos y en haber desarrollado todas
las pruebas de manera correcta. Y la forma de
hacerlo era tirando desde las alturas el huevo
mágico, de manera que no se rompiera. Y
así fue.
Una vez pasadas todas las pruebas, los capitanes
templarios resolvieron que todos los aspirantes
habían demostrado las cualidades necesarias
para ser nombrados Caballeros Templarios, y por
tanto, entrar con todos los derechos en la organización
de Topodiving, con lo que eso supone de sacrificios,
pero también de satisfacciones.
Celebraciones:
Así
que todos los aspirantes, chicos y mayores, fueron
nombrados Soldaditos o Caballeros Templarios,
y a todos se les dio una espada simulada, como
símbolo de la culminación de su
travesía iniciática.
Una vez repuestas las fuerzas con una buena cena
y un sueño reparador, los ya miembros de
pleno derecho, ejecutarían su primer trabajo
en grupo, con el que además, celebrarían
su nuevo título, liberando las tensiones
del día anterior: Irían a la caza
de todos los maestros que intervinieron en las
pruebas, a molerles con sus espadas. No dejaron
aposento sin escrutar, ni lomo sin apalear.
Y así han concluido estas pruebas de acceso
a Topodiving, en la que chicos, grandes y mayores
disfrutaron de un fin de semana, en el que por
unas horas se les permitió vivir otra vida…
una vida llena de emociones, sobresaltos, y buena
compañía.
|