CRÓNICA
DEL VIAJERO OCEÁNICO
Jueves
2 de agosto. MADRID–ATENAS-EL PIREO. JULIA.
Arranca
la Oceánica helena!! (y esta 17ª
edición se la dedicamos a nuestra
topita Elena).
Barajas, 15h. Mientras los Salidos ya se
encuentran en Atenas entrenándose
con la gastronomía y los vocablos
griegos, el resto del pelotón coge
posiciones en la T4 a la espera de embarcar,
unos en los columpios, otros en el McDonalds,
aun sin saber que probarán para el
regreso otra franquicia en tierras griegas.
Aunque, desde luego, para qué tantas
prisas en embarcarnos, pues nos tocó
esperar más de 1h dentro del avión
por el atasco aéreo según
el comandante...
Pero sí, llegamos todos con todas
las maletas a Atenas, y para nuestra tranquilidad,
la conductora del autocar aún seguía
esperándonos en el parking del aeropuerto
para llevarnos hasta El Pireo, desde donde
saldríamos al día siguiente
para Syros.
¿Autocar? Evidentemente, ya que esto
de las Oceánicas va subiendo de categoría
y ahora viajamos con chófer y con
nuestro propio cartelito en el parabrisas:
Grupo Topodiving. Qué nivel!!.
Bueno, bueno, que el vehículo tuviera
en su interior luces rojas de neón
tenía su explicación... iba
a juego con el supuesto hotel en el que
íbamos a pernoctar: uno con cama
y jacuzzi en forma de corazón y con
espejo en el techo. Aunque al final el Topo
pensó que no estábamos preparados
para emociones fuertes y que esa noche tocaba
descansar.
Así que, para disgusto del Maganto,
(que debía ser que el jacuzzi en
forma de corazón le llamaba la atención),
terminamos en un hotel respetable, amplio
y nuevo, lo suficiente para el descanso
de unas pocas horas. Esa era la idea, dispersarse
inmediatamente cada cual a su aposento.
Pero no todos hicieron lo mismo... los Magantos
cumplieron con su ritual: ruta de cervezas
para inspeccionar la zona de El Pireo, una
urbe que tiene vida propia por la noche,
aunque no será en esta Oceánica
cuando lo comprobaremos.
Viernes
3 de agosto. El Pireo - Isla de Siros. JULIA.
Comienza
la Oceánica madrugadora: a las 6am,
(hora de apertura del buffet desayuno en
el hotel), un nutrido grupo de oceánicos
ya estaba en la puerta del restaurante preparado
para rellenar los estómagos. Desayuno
rápido y salida aún más
rápida para recorrer a pata el trayecto
de 800m hasta el puerto del Pireo y embarcar
rumbo a Syros, isla del archipiélagos
de las Cícladas. En la subida al
barco ya tomamos nota del carácter
de los griegos, que por menos de nada se
gritan en los pasillos sin entender muy
bien por qué... Nosotros preferimos
usar la técnica Disney del Topo y
nos hacemos con una zona de mesas y sillas
cerrada al público que abren ex-profeso
para nosotros, aun cuando vayamos con la
tarifa súper económica en
los 23 billetes. Qué destreza la
de nuestro líder!. Esta zona será
nuestro campamento base cada vez que cojamos
un barco de la compañía Hellenic
para ir de isla a isla. Aunque no creáis
que pediremos permiso para establecernos
el resto de ocasiones: no tomaremos en cuenta
los mensajes de zona cerrada..., pero es
que el polo de Topodiving da un extra de
autosuficiencia a todo aquel que lo lleva
y no necesitamos autorización para
acciones grupales tales como realizar el
abordaje a una zona restringida...
Pues
bien, a los 5 min de habernos situado en
las mesas, ya estaban insistiendo los pequeños
a los Maganto para que sacaran sus juegos
de mesa. No sé qué haríamos
sin esta pareja tan abnegada, que es capaz
de hacerse cargo de todos los renacuajos
sin perder nunca la sonrisa...
Pero no contaban con la astucia del Topo,
cuando no habiendo pasado un par de vueltas
jugando al Jungle Speed, ocupó su
posición de líder y reagrupó
a los minis alrededor de su fajo de mortadelos.
Y es que algun@s por un par de mortadelos
matarían... gymkana al canto y cielos!
padres durmiendo en sus butacas y el Topo
jugando al póker con menores de edad!!.
Esto se nos va de las manos, pero, claro,
que no se diga luego que la Oceánica
no es una escuela para la vida real... aquí
se aprende lo que los peque-oceánicos
necesitarán poner a prueba algún
día en alguna cafetería de
universidad...
4h de suave marejada para Sara y Gloria
gracias a la biodramina y volvemos a tierra
saliendo a pie del barco. Una sensación
extraña, pues no nos subimos a ningún
coche en la bodega del barco, pero ya hemos
dicho que esta Oceánica viene con
chófer incluido en cada desplazamiento.
Buscamos nuestro nuevo autocar en el puerto
y ponemos rumbo al Dolphin Bay Family Beach
Resort de 4* en Galissas. La primera percepción,
positiva: 2 piscinas, tobogán acuático,
palomitas y helados gratis para los niños,
playa decente a la derecha y otra indecente
más escondida a la izquierda. Buffet
en desayuno y comida en restaurante con
reserva de mesas para los 23. No nos podemos
quejar. Nos esperarán días
de relax, sin desplazamientos para pisar
la arena y con piscina para los que no quieran
pisarla. Esto tiene buena pinta. @Araceli,
nos dará tiempo en el restaurante
a aprender un poco de griego aunque no haya
premios de mortadelos por ello: Kalimera,
Kalispera, e??a??st?, ???a, Parakalo,...
Oju!! necesitamos más de una semana
para ser capaces de enterarnos de algo más!
Y
ya empieza nuestra primera excursión.
Tarde para ir al este de la isla, a la capital,
Ermoupoli o Hermópolis, es decir,
a la ciudad de Hermes, con unas tiendas
muy monas pero cerradas a las 18h. Esto
no tiene vida, es lo que nos viene a la
cabeza a algun@s... Tomamos nuestro helado
de rigor en la mejor heladería de
la capital según la recomendación
local, (los hemos probado mejores...) y
rumbo a la plaza del ayuntamiento (Miaouli
Square) para hacernos nuestra foto oficial,
con bandera incluida y con nuestra indumentaria
elegante de paseo, aún limpita. Visita
por la ciudad -foto ahora de nuestra peque-tropa
en las escalinatas de la Iglesia de la Dormición-
y vuelta a las callejuelas, a cenar todos
puntuales en un restaurante pintoresco donde
comprobaremos, para disgusto de Inés,
que los griegos usan el queso en el desayuno,
comida y cena, frío, caliente, solo
y acompañado. Fin de la cena, (no
sólo de queso vive el griego), y
constatación de que estos isleños
son listos para el business del shopping:
las tiendas se abren cuando la gente compra
y a las 22h la zona se viste de largo con
escaparates luminosos y calles bulliciosas.
Entonces es cuando nosotros nos marchamos
al hotel con nuestro chófer Antonio
y cada uno a su habitación, que la
noche no da para más y al día
siguiente algunos tendrán que madrugar.
Sábado
4 de agosto. Isla de Siros. ALMU.
Nuestro
primer día de buceo en el mar Egeo.
Habíamos quedado a las 8:45 en la
recepción del hotel con un tal Nikos,
dueño del club de buceo, para ir
gestionando los papeles de titulación
y seguro y luego irnos tranquilamente con
él al puerto y así comenzar
nuestra aventura subacuática por
estas tierras. Pero la cosa se demoró
un pelín porque hacia tantísimo
viento que Nikos tuvo que ayudar a un amigo
a recuperar su barco que, con el viento,
había decidido soltarse del amarre
y quedarse a la deriva.
Eso supuso que vinieran a buscarnos la mujer,
su hija de 4 años y su cuñada,
en dos coches enanos que se caían
a cachos.
Llegamos al puerto y al salir del coche
tuvimos que meternos unas piedras en los
bolsillos para no salir volando. Allí
esperamos a la furgoneta con el material
mientras echábamos una visual al
entorno dándonos cuenta de que no
había ni un WC por los alrededores
para hacer el último pis antes de
embutirnos en el traje de neopreno. Alguna
entró en pánico y decidió
no beber más agua en lo que quedaba
de mañana.
Por fin llegó Nikos con su furgoneta
aún más vieja que el coche
de su mujer y con un estilismo que nos dejó
sin palabras a las chicas. ¿Recordáis
esa imagen de Torrente en bañador?
Pues algo así, pero a lo griego.
También llegó Alessandro,
un italiano que venía con nosotros
para hacer la octava inmersión de
su vida. Y nosotros que pensábamos
que era el patrón que venía
a quedarse cuidando del barco en superficie
y así evitar que el viento nos la
jugase.
Teniendo a un novato en el grupo ya sabíamos
que el buceo de hoy iba a ser en un bebedero
de patos, pero lo que no sabíamos
era que Nikos había decidido hacer
sólo una inmersión y después
devolvernos al hotel. Por lo visto hacía
mucho viento como para bucear dos veces,
pero no para bucear una vez. (Aún
sigo intentando entenderlo)
Como todos llevábamos material alquilado
del centro de buceo (salvo el pijo de Julio),
una vez que nos tiramos al agua, decidimos
ir bajando por el ancla para chequear bien
todo: oídos, plomos, chaleco, aletas,....
mientras el italiano y Nikos terminaban
de equiparse. Una vez que llegamos abajo
vimos caer por la borda del barco un ballenato
con una botella de buceo. Era Torrente,
que había decidido bucear con su
minibañador para que las chicas del
grupo tuviéramos algo interesante
que ver durante la inmersión. Con
razón el tío nos decía
que hacía mucho calor como para bucear
con traje largo. ¡Él no llevaba
ni una ligera licra para disimular su cuerpazo!
Y, efectivamente, no hubo nada más
interesante que ver durante todo el buceo.
Lo bueno vino después. Ya en puerto,
con todo recogido y nuestras dos conductoras
esperando en sus limusinas para llevarnos
a comer al hotel, Julio nos deleitó
con dos julitadas. ¿Qué sería
de una Oceánica sin sus julitadas?
Pues sería una viaje normal y corriente
organizado por cualquier agencia de viajes,
pero no una Oceánica en toda regla.
La primera fue la desaparición de
la máscara de Raquel. ¿Para
qué perder el tiempo buscándola
por todos sitios? Se mira directamente en
la bolsa de Julio y, voilà, máscara
encontrada.
La segunda fue consecuencia del viento,
que provocó que la cartera de Julio
se abriera y salieran volando hacia el mar
300€. Cualquier mindundi se hubiera tirado
al agua para recuperar su presupuesto de
las vacaciones, pero Julio tiene un BMW
y una hipoteca de más de 30 años,
y los 300€ son calderilla.
El que acabó en el agua fue el Maganto,
que consiguió recuperar todo el dinero.
Y, aparte de no llevarse nada al bolsillo
como recompensa, se lleva un corte en la
rodilla con la escalera de salida del agua.
Menos mal que nuestra segunda conductora
era doctora y llevaba botiquín.
La
planificación inicial de la tarde
con la excursión en barco de playa
en playa fue cancelada por culpa del vendaval,
así que, tras la comida todos juntos
en el hotel tuvimos SIESTA. Pasan los años
y los oceánicos nos hacemos mayores
y necesitamos menos caña y más
relax, con lo cual, pedazo de siesta que
nos echamos todos. Y después, playa,
piscina pequeña (la grande estuvo
cerrada porque a un niño se le soltó
el esfínter y puso aquello perdido)
y pesca. Se pudo comprobar que en esas aguas
no funciona la técnica de cebar a
pan a los peces porque sólo fueron
capaces de pescar una dorada. A cambio se
llevaron un buen remojón por las
olas continuas en el espigón.
La noche era cena libre, pero como somos
un grupo y estamos aún en el tercer
día, pues nos hace ilusión
cenar todos juntitos. Así que, allá
vamos los 23 a buscar una mesa para todos.
Terminamos en el garito más lleno
de todos y con el tío más
bueno de toda la isla como camarero. La
comida era lo de menos, lo mejor, las vistas
;-)=
Domingo
5 de agosto. Isla de Siros. MARIPAZ.
Mientras
los buzos estaban bajo el nivel del mar,
los que permanecíamos sobre él,
nos dedicamos a “playear” y “piscinear”.
Todo un lujo en esta oceánica, especialmente
la temperatura del agua contratada, la Topa
y yo fuimos felices dentro de ellas durante
los 5 días de estancia en el hotel.
Cuando
regresaron los buzos, comimos todos juntos
en el restaurante del hotel, aunque he de
decir, que algunos más juntos que
otros, como Marcos y Juan Luis que se pasaron
todos los días pegado como lapas.
A
las 16 en punto, tras una brevísima
siesta y enfundados en nuestras camisetas
rojas, nos subimos en el Antonio’s Bus para
pasar la tarde visitando la isla de Syros.
Nuestro líder nos preparó
un paseíllo por playas de Finikas
y Posidonia, Megas Gialos, Vari y Azolimnos,
para terminar en Ermoupolis, en el Ano Syros.
Una preciosa ciudad medieval en la que nos
perdimos por sus curiosas y empinadas calles.
Visitamos diferentes lugares, nos comimos
el habitual helado, visitamos sus ermitas,
iglesias y plazas. Mientras tanto y siguiendo
los clarísimos carteles indicativos
repartidos por la ciudad, el Topo localizó
el restaurante con el que nos sorprendería
el último día de estancia
en la isla.
Antes
del regreso fuimos a visitar la Catedral
de San Jorge. El autobús nos dejó
en la mismísima puerta de la catedral,
donde Fran hizo una preciosa foto de la
fachada con el autobús planto plantado
delante de la catedral tapándola
casi completamente.
A
las 20:30h el bus nos trajo de vuelta al
hotel y cenamos todos juntos en el bar del
hotel, el restaurante Kabos, muy a pesar
de Jose Magantos que le hubiera gustado
repetir las sardinas del día anterior.
De
ahí a la cama, ya que al día
siguiente tocaba madrugar un poco más,
para ir a la famosa isla de Mykonos.
Lunes
6 de agosto. Isla de Mikonos. GLORIA.
Hoy
los buzos descansan y no tienen que madrugar.
Tras el desayuno como siempre en el buffet
libre del hotel, el grupo al completo salimos
en el autobús a las 10:00 camino
de Ermópolis para coger el barco
dirección Mykonos.
Sobre las 10:30 llegamos al puerto y nos
toca esperar un rato, así que entrada
en un chino para que las Perea compren el
correspondiente flus-flus para el servicio
de refrescación, y paseíto
al sol por el puerto. Qué calor!!!!
Así que decidimos meternos en la
estación de espera del puerto al
fresquito, que hay aire acondicionado. Qué
alivio… aunque esto nos supondrá
no estar a la cola en la calle para intentar
entrar los primeros en el barco para coger
sitio. Sobre las 11:20 llega el barco derrapando,
sí, literalmente. Alucinante la maniobra
de atraque en el puerto, qué control….,
y allí vamos, como borregos conseguimos
entrar en el barco, y como ya lo conocemos,
nos vamos a ubicar a nuestro rinconcito
en la cafetería. Mala suerte, el
barco viene de “El Pireo” y viene bastante
lleno, así que la esquina de la otra
vez no está disponible, pero nos
acoplamos como podemos en las mesas que
hay libres. A las 11:30 el barco zarpa,
en 10 minutos hemos entrado todos, no me
extraña, el control es prácticamente
nulo, cuentan los billetes y las personas
que acceden y poco más…
Antes de la llegada a puerto ya nos indican
que debemos bajar para salir lo antes posible,
así que allá vamos, nuevamente
como borregos, y bajamos a la parte donde
está la rampa de salida, disfrutando
ahora desde dentro nuevamente de la maniobra
de derrape para el atraque del barco. Salimos
todos como podemos, ¡¡¡¡qué
cantidad de gente hay en el puerto!!!! Unos
salen y otros quieren entrar….
Tras un poco de despiste porque no encontramos
nuestro conductor con cartelito de Topodiving,
el Topo se adelanta y da finalmente con
el autobús, así que allá
que vamos el resto entre tanta gente y a
las 12:30 ya estamos montados en el autobús
con nuestro nuevo conductor y camino del
puerto Viejo.
Una vez bajados del autobús, vamos
todos dirección a la zona de la pequeña
Venecia y los molinos de viento. Nos adentramos
por las callejuelas donde hay infinidad
de tiendas, qué pena no tener tiempo
para fundir la tarjeta (lo que nos falta
es tiempo, no pasta, ja, ja, ja), porque
menudas tiendas de ropa, joyas, etc. Se
nota que en esta isla se mueve pasta, menudos
hotelitos se ven por la zona y mucho postureo,
eso también, que las chicas y los
chicos van todos muy monos. Por fin nos
encontramos a algún español,
que hasta ahora no habíamos dado
con ninguno. La matriarca de los Perea se
encuentra con un chico de su equipo, qué
pequeño es el mundo, no me digas….
Tras recorrer la zona de la pequeña
Venecia, vamos en busca del sitio para comer
nuestro primer Gyros. Tras un montón
de vueltas por las callejuelas, finalmente
lo encontramos, un lugar pequeñito
donde hay dos mini mesas para sentarte a
comer en la calle, y con este calor que
está cayendo…. En fin, nos metemos
dentro como podemos a pedir, y resulta bastante
complejo, porque el que preparaba la comida
hacía oídos sordos a lo que
le pedías, “only meat” y el tío
te planta el Gyros con cebolla, salsa de
yogurt y patatas…. La familia de los Julios
monta en cólera, porque solo lo querían
con la carne y patatas, así que vuelven
a pedir otros tres Gyros, y ahora solo los
ponen con carne, las patatas ni vienen,
pero bueno, ya no vamos a protestar más,
que hay que comer para ponerse nuevamente
en marcha. Los tres Gyros completos sobrantes
de los Julios ya se encarga el grupo de
no dejarlos allí, hay mucha hambre….
Una vez terminamos de comer, volvemos a
recorrer las callejuelas en busca del correspondiente
helado. No está mal el heladito,
aunque nuevamente nos lo tomamos sentándonos
en la poca sombra que pillamos en la calle.
Una vez tomado el helado, el grupo se divide,
unos se van de compras a comprar los primeros
vestidos Helenos, gorras y suvenires varios,
y otros nos vamos dirección a los
molinos de viento.
A las 15:30, con una hora de retraso sobre
el plan inicial, nos reagrupamos todo el
grupo nuevamente en el puerto viejo y nos
montamos en el autobús para recorrer
la isla.
Tras una subida por unas carreteritas bien
estrechas, que por cierto, qué control
tienen los conductores por estas carreteras
que cabe un autobús y poco más….,
llegamos al Faro que está situado
en la parte norte. Algunos bajan del autobús
para ver las bonitas vistas, y otros se
quedan al fresquito echándose la
siesta en el autobús. Ha merecido
la meta, ¡¡¡¡qué
vistas tan impresionantes!!!!
Tras las fotitos de rigor, volvemos al autobús
camino ahora de Ano Mera. Nuevamente parada
y bajada del autobús. En esta ocasión
algunos visitan el monasterio y damos un
paseo breve por la plaza del pueblo y avituallamiento
de agua, ¡¡¡¡que
hace mucho calor!!!!!
De nuevo al autobús, ya camino de
la tan ansiada playa de Paradise Beach.
Una vez que llevamos a la supuesta playa,
nos bajamos y nos encontramos con una zona
de baños, ¡¡¡qué
preparado está todo!!! Y allá
vamos, entramos por una puerta donde nos
encontramos unos animadores bailando encima
de un escenario, una música cañera
que no veas, y las tumbonas a rebosar de
gente. Nosotros con nuestro polo más
monos que nada, y todo el mundo mirando,
¿de dónde vendrá esta
gente con estas pintas?, pensarán….
Algún español nos identifica
y nos dice, ¡¡¡ahí
está, Españoles!!! Y nosotros
orgullosos, sí señor.
Bueno, el objetivo es darse un bañito
en esta playa, así que identificamos
una zona a la derecha que no tiene hamacas,
y allí que vamos a invadirla. La
mayoría se mete en el agua, y otros
decidimos que para el poco tiempo que tenemos,
preferimos dar una vuelta a conocer el famoso
garito Tropicana y tomarnos un mojito o
piña colada con estas vistas. Menuda
clavada, 10 euros por mojito, pero bueno,
nos lo tomamos tan a gusto con estas vistas
y música.
Hay algún incidente en el agua, a
Olivia y Celia les ha salido un sarpullido
en parte del cuerpo, no se sabe si por alguna
planta que les haya tocado al nadar cerca
de unas rocas, pero son muy valientes y
no se quejan, y disfrutan del baño
como el resto.
Poco ha durado el disfrute de esta bonita
playa, qué rápido ha pasado
la hora, así que algunos vemos a
toda prisa el Tropicana, hacemos algunos
vídeos y fotos de los cachas que
había bailando, y nada, de vuelta
al autobús. Qué pena no poder
haber disfrutado más de esta playa,
nos pilla un poco lejos de Siros, sino está
claro que volveríamos seguro a disfrutar
del ambiente, subimos un poco la media de
edad, pero no importa, nuestra alma es joven,
ja, ja, ja
Volvemos en el autobús al puerto,
y a las 20:00, nuevamente con retraso sobre
la hora prevista, está claro que
lo nuestro no es la puntualidad en las salidas
de los barcos, regresamos a Siros. Vistas
de puesta de sol en el barco, juegos, peinados
varios, y nada, llegada al puerto y tras
recogernos Antonio en el autobús,
nos vamos de vuelta al hotel.
Vamos un poco justos, porque el buffet cierra,
así que nada, directos a cenar y
a la cama, que mañana hay nuevamente
buceo y algunos tienen que madrugar.
Martes
7 de agosto. Isla de Siros. PAULA.
Hoy
nos toca una mañana tranquila (para
los no buzos, claro), desayuno y tiempo
libre en nuestro “family beach resort”.
Podremos disfrutar de nuestro último
día completo en Syros entre la playa
y la piscina para variar. Hoy podemos estar
contentos, hemos conseguido meter (ojo,
y que aguanten) a Marcos y Elena en el mar,
más de una vez se querían
escapar hacia la piscina.
Tras
varias horas de aquí para allá,
a las 14:00 (hora helena) vamos a comer
al buffet en donde nunca falta la ensalada
griega (principalmente tomate, queso y,
pepino a desgracia de Jose Maganto). Allí
nos encontramos con los buzos que acababan
de llegar y nos cuentan lo visto en sus
inmersiones, en una de ellas entraron en
cuevas y en la otra bucearon alrededor de
un barco romano hundido y sus numerosas
ánforas (bueno mejor dicho sólo
sus ánforas y restos porque lo que
era barco barco, no había).
Una
vez finalizada la comida y la charla tendremos
tiempo libre hasta nuestra siguiente actividad,
tiempo suficiente para pegarse un baño
y los más perezosos echarse la siesta.
A las 16:30 nos recoge nuestro chófer
Antonio y nos lleva a todos hacia la playa
de Kini pasando “al lado” y no “por” Santa
Bárbara ya que no parecía
lo suficientemente interesante como para
que se metiera en la lista de objetivos
del equipo Topodiving. Al llegar a nuestro
destino vimos que la playa tenía
más olas y algas y, que aunque fuese
diferente, no superaba a la nuestra de Galissas
por lo que tras una votación decidimos
volver.
A
las 18:30 nos presentamos en la salida del
hotel para ir a Ano Syros en autobús;
eso si, no todos ya que faltaban los Maganto
y para colmo sin la indumentaria que tocaba,
suponemos que no consideraron la actividad
lo suficientemente oficial como para llevar
la camiseta puesta. Tras una escalonada
y larga caminata, e insisto, sobretodo escalonada;
llegamos a nuestro restaurante previamente
reservado, que aunque no fuese muy lujoso
comparado con el nivel del que venimos acostumbrados
(con hotel 4* y chófer), tenía
unas vistas de toda Eurmoupoli para envidiar.
Y
toca vuelta a casa, los más cansados
a dormir, los Salido a hacer las maletas
(que a quienes se les acaban las oceánicas,
mañana tendrían que marcharse
temprano) y mientras el resto a recibir
el “meeting” para mañana y ya de
paso debatir si Reunión, Israel,
Argentina.... eran destinos realistas para
la próxima oceánica o estábamos
locos. Y cómo no, antes de dormir
nos faltaba nuestra partida de Ping-pong,
¡que sean las 11 de la noche no significa
nada!. Así que tras una breve explicación
por parte del Topo de cómo se juega
realmente al Ping-pong (o más finamente,
tenis de mesa) en parejas; nos pusimos a
jugar. Y mientras Raquel, Jose, Paula, Celia
y en ocasiones el Topo se dejaban sudor
y sangre sobre la mesa; Gloria, Javi y Sara
hacían de las suyas jugando con el
Junglee Speed. Y si creíais que el
día había acabado estáis
equivocados, sobretodo para los julios,
digamos que cuando se apresuraban a entrar
a la habitación, “alguien” se quedó
lo suficiente profundamente dormido como
para enterarse de que llamaban a la puerta.
Vaya noche!.
Menuda
sorpresita nos llevamos el último
día de buceo, cuando pensábamos
que los fondos de Syros nos iban a defraudar
considerablemente por su falta de vida más
allá de un palmo de tamaño,
nos encontramos con la visita de una zona
donde hace 2.500 años un barco romano
decidió comenzar su largo sueño
bajo el mar dejando descomponer su armazón
de madera para dejar toda su carga de ánforas
de vino y aceite desparramadas por el fondo
marino amontonadas acertándose a
vislumbrar la pasada silueta de su contenedor.
No importaba que todas estuvieran rotas
por el paso de los 2 milenios, el espectáculo
era emocionante, tanto como para hacerme
dudar de meterme en el bolsillo del chaleco
una lamparita de aceite, a modo de candil,
que encontramos entre los restos. Me porté
bien y la dejé allí para que
otro buzo futuro tuviera mi misma fortuna,
aunque tenga la certeza que probablemente
el siguiente no tenga los mismos miramientos
y termine en un cajón de un armario
de su casa o con mal gusto encima de su
televisor. Vimos hasta algún soporte
donde se sujetaban las ánforas en
su viaje. Hacía mucho tiempo que
no disfrutaba tanto en aguas mediterráneas.
El resto del buceo será para olvidar
pero solo por esa inmersión y los
15 minutos que pasamos en aquel barco romano
sin nombre ha merecido la pena ir hasta
esa isla y será una inmersión
que no caerá en el olvido.
Miércoles
8 de agosto. Isla de Siros - Atenas. RAQUEL.
En
esta ocasión, para algunos oceánicos
la noche se nos prolongó más
de lo que venía siendo habitual y
la inauguración de este miércoles
8 de agosto pilló a la matriarca
de los Julios y a sus dos polluelos, a dos
de las Pereítas y a los Magantos
intentando alargar la noche del día
anterior entre partidas de Jungle Speed
y Ping pong.
Mientras esperábamos la ansiada y
siempre ocupada mesa de ping pong, preparamos
la mesa de juego para conservar las cartas
del Jungle Speed utilizando " papers
to clean my mouth and hands" que habíamos
conseguido del bar del hotel y que más
tarde aprenderíamos que puede resumirse
en un "napkins". Una vez conquistado
el terreno de juego del ping pong, los representantes
de los Julios y José Maganto a intentar
hacerse con el totem y las representantes
de los Pereas y la Maganto a poner en práctica
lo entrenado la noche anterior. Otra vez
hubo que sacar calidad para contrarrestar
las deficiencias de la mesa, de las pelotas
y palas, y la luz, claramente antirreglamentaria
que impedía una buena visión
del juego. El cual se vio interrumpido por
la aparición estelar del gran Topo
que instruyó sobre las reglas del
ping pong y que se echó una partida
épica. Despedida del Topo para irse
a descansar e intercambios de jugadores
entre ambos terrenos de juego, hasta la
llamada de la Perea Madre para poner fin
al transnoche. Acompañamiento de
los Maganto a las Pereitas hasta su habitación
ante la inesperada e inexplicable falta
de "habilidad" de las mismas y
la otra julitada del día que dejó
a Gloria y sus peques sin poder entrar en
la habitación y con ronquidos que
superaban el umbral de decibelios permitidos.
Una
vez recargadas las pilas, tras unas horas
de sueño, el día amaneció
con una nueva despedida a los Salidos en
el desayuno. Tras la cual, los recogió
el autobús oceánico para llevarlos
al aeropuerto abierto sólo para ellos,
al igual que el vuelo, un avión privado
que le llevaría a Atenas.
El
resto de oceánicos que continuaríamos
el viaje, dedicamos esta mañana a
distintas actividades; nadar, dormir, leer,
playa, piscina con su tobogán acuático
y otras más especiales como la de
Gloria de recibir tratamiento de las expertas
para recuperar la espalda o la pesca. En
relación a esta última actividad,
el Topo se encontraba pescando plácidamente
con su profesional caña, hasta que
los Magantos llegaron junto a él
para ver cómo los peces le tomaban
el pelo comiéndose el pan pero sin
picar, como después un par de italianos
se pusieron en su área de pesca espantándole
los peces, ¡como si no hubiera mar
donde ponerse!, como el viento se pondría
también en su contra, y teniendo
que aguantar al Maganto dándole lecciones
de pesca manual con la que consiguió
alzarse con dos peces, frente a los cero
conseguidos por él.
Ducha de los oceánicos en la habitación
que el hotel había prestado para
dejar las maletas, última comida
en el buffet del hotel de Siros y última
julitada en esta isla: atrapar una avispa
entre un plato y un cuenco para dejarla
como sorpresa a los amables camareros. Menos
mal que ante las reprimendas del resto se
lo advirtió a la chiquilla que estaba
controlando las mesas, quien dio un gritito
de espanto pues era alérgica. No
sabemos cómo acabarían solucionando
el tema en cocina, pero esperamos que nadie
saliera damnificado.
Último
viaje en el bus privado para llevarnos a
Ermoúpolis donde cogeríamos
un rato más tarde el barco que nos
llevaría a Atenas, dando comienzo
a la etapa más cultural de la Oceánica.
El
barco, distinto a los que habíamos
cogido anteriormente, ni tenía la
tripulación mañosa que hacía
derrapar al barco y empezar casi el desembarque
antes de llegar a puerto de los otros, ni
había respetado la capacidad ya que
iba seguro por encima de las plazas permitidas,
bien por fraude de la gente que los falsifique
dada la escasa verificación, bien
por sobre venta.
Lo más relevante del trayecto fue
la segunda tanda de juego con los mortadelos
como protagonistas (con permiso de los propios
jugadores y del maestro del juego). Ante
la ausencia de los Salido, hubo reestructuración
de equipos. Celia, abandonada por sus hermanas
que no quisieron participar, tuvo que enfrentarse
en solitario a las pruebas. Los hermanos
Julios formaban otro equipo y los Magantos
el otro participante. Una vez finalizada
la tanda de preguntas y recorridos por el
barco para obtener las respuestas, se abrió
la parte de azar. Con los crupiers Marcos
y Topo al frente del dado y del póker,
respectivamente, se irían haciendo
apuestas con los mortadelos conseguidos
en las pruebas anteriores y también
en el juego del viaje inverso: Atenas -
Siros. En el póker los Maganto tuvieron
que empeñarse, al haberlo perdido
todo, para poder apostar en la única
ronda en la que la suerte estuvo de su lado,
siendo el empeño de 5 mortadelos
por José y 500 por Raquel. Para recuperar
la libertad los Magantos tuvieron que entregar
700 mortadelos a la banca, siendo todos
para recuperar a Raquel, ya que, a Jose
la banca lo devolvió gratis. Por
victoria aplastante, Celia se erigió
como ganadora y se llevaría un helado
a elegir como premio en Atenas. Los Magantos
en segundo lugar y los Julios después.
Llegada
al Pireo, el puerto de Atenas, donde mientras
esperábamos a que llegase nuestro
autobús privado, unos cuantos niños
pasaron entre nosotros pidiendo. También
se acercó la que creímos era
la madre con un bebé en brazos. Como
sucede ante estas situaciones, sentimientos
encontrados y conflictos internos.
Viene
el bus privado, nos subimos, y tras una
impaciente espera ... ¡Ohhh! ¡Se
encienden las esperadas luces rojas del
autobús! Camino hacia el nuevo hotel,
que sería nuestro alojamiento hasta
el final del viaje y donde se produciría
una nueva julitada: se queda encerrado en
el baño de su habitación,
pero finalmente lo solucionaron en la intimidad
de la familia.
Cena
griega del grupo en la terraza del bar de
al lado y cada mochuelo a su olivo sin la
dilación que había habido
en el comienzo de este día.
Jueves
9 de agosto. Atenas. JULIA.
Hoy
empieza el tour por Atenas. El hotel está
estratégicamente situado a 20m de
una estación de metro, Larissa Station,
lo que nos permitirá hacer una parada
al mediodía para regresar a la habitación
y tomar una siesta reparadora, o darse un
chapuzón en la piscina como Gelen,
al estilo de Esther Williams chapoteando
con el Partheon de fondo. Qué glamour!
¡Cielos!,
¡qué nos está pasando!,
??, ¿ahora incluimos descansos en
la planificación de nuestras oceánicas?
Aunque pudiera parecer que nos hemos relajado...
nada más lejos de la realidad: este
chute para recargar pilas permitirá
a pequeños y mayores seguir con el
ritmo de la expedición, pues son
17km los que finalmente andaremos hoy, que
no está nada mal. STOP. Momento para
un reconocimiento para los pequeños:
Elena, Marcos, Javi, Celia, Sara, María
y Paula, pues demuestran que son merecedores
de pertenecer a esta tropa Topodiving. Qué
disciplina y entrega para cumplir cualquier
misión. (Recordamos en este punto
a Sarita, Juan Luis y Olivia del escuadrón
oceánico 2018, a quienes echan de
menos sus amigos en esta etapa continental).
Volvamos
a la crónica...
8.30h salimos del hotel camino a la estación
para comprar los billetes de metro. Nos
costará un poco hacernos con ellos,
pero es que no contábamos con que
la tarifa reducida de niños no la
activan en las máquinas expendedoras
y las taquillas con humanos para certificar
que llevamos niños brillan por su
ausencia. Aunque no se entiende este control,
si luego algunos atenienses se cuelan aprovechando
nuestra propia apertura de torno... El caso
es que más de una vez irán
los niños con ticket de mayores como
donativo de Topodiving con el metro de Atenas.
¿Primer destino? La estación
de Thissio. Para poder disfrutar no ya del
mayor cementerio de Atenas, el de Kerameikos,
nombre proveniente de encontrarse ubicado
en la antigua cuidad de los ceramistas,
(ya nos contará Joselito el por qué
de este barrio, que estuvo muy atento a
las explicaciones de nuestra guía
Vicky del Segway). Pues eso, como venía
diciendo, lo más importante no era
ver este punto de interés turístico
como prioritario, sino sacar el bono sin
colas en esta taquilla para ver después
todas las maravillas arquitectónicas
de Atenas cuando se requiera entrada de
pago. Ya por la tarde nos dirá el
Topo en el Parthenon : mirad, mirad, las
colas que nos hemos ahorrado gracias a la
estrategia Kerameikos first, Partheon después!.
Y con nuestra fotito de marea roja en la
puerta del cementerio, nos vamos un ratito
a pie y otro en metro para consumir historia
durante la mañana e incrementar el
contador de pasos haciendo el check en multitud
de parajes históricos: las ágoras
antiguas griegas y romanas, la plaza de
Monasteraki, la biblioteca de Adriano, la
Torre de los vientos, la Catedral de Atenas...
En el caso del mercado central fue un visto
y no visto para Ana y Fran..., a quienes
su delicado olfato les obligó a forzar
la marcha en el paso por los puestos cárnicos
donde los tenderos mostraban orgullosos
el género con el cual abastecen al
resto de tiendas de la ciudad. Y antes de
comer, parada obligatoria para ver el cambio
de guardia a las puertas del Parlamento.
Pobres guardias, estirados más por
obligación que por devoción,
con el calor que hacía y con esas
chaquetas abotonadas hasta el gaznate y
sus leotardos gordos incluidos mientras
nosotros hacíamos uso de nuestros
freeze-freeze y de los servicios de refrescamiento
de Novical.
En la tarde, la visita cumbre a la Acrópolis,
donde no se puede entrar con otro líquido
que no sea agua, ni con ningún medio
de locomoción con ruedas, no vaya
a ser que arañemos algún escalón...
Así que Elena y Marcos, ea!, a patita
o a grupa, y colina arriba para disfrutar
de la majestuosidad de este entorno. Ya
dentro, nos encontraremos con el teatro
de Dionisio, el mayor teatro de la Antigua
Grecia, que nos recordará a Pompeya,
(que no se diga que no nos culturizamos
en nuestras Oceánicas...), veremos
también el Templo de Atenea Niké,
construido por Calícrates y que conmemora
el triunfo de los griegos sobre los persas,
(Nike es el nombre de la diosa griega de
la victoria y se la representaba como una
pequeña escultura alada en la mano
de dioses como Zeus o Atenea. Así
que no es que el templo esté patrocinado
por la marca deportiva, sino más
bien que los de marketing cogieron prestado
el nombre de la diosa para cultivar el cuerpo...).
Y siguiendo con los monumentos visualizaremos
el Erecteion con las 6 cariátides
que soportan el peso del templo sagrado
en el lugar de las columnas, y que harán
un hueco en la foto a Paula y Celia, vestidas
con un traje heleno mimetizadas con el entorno.
(Caerán más trajes y sandalias
a juego en el grupo cuando el Topo nos deje
el sábado comprar en las tiendas
de Plaka...). Y, por supuesto, nos fotografiaremos
con el Parthenon con andamios incluidos,
perennes desde hace 35 años con motivo
de la restauración de sus 1.852 toneladas
de mármol. (¿Le harán
el photoshop para eliminar los andamios
en las fotos oficiales?)
Finalizaremos la visita con la subida a
la colina Aeropagus donde se reunía
el Consejo y desde la cual la panorámica
del Partenón es espectacular, como
atestigua una pareja de novios con traje
nupcial incluido.
Después de esta inmersión
histórica, regresamos a la civilización
moderna paseando por las calles comerciales
de Plaka, eso sí, con el mensaje
del Topo de ver ligerito pero no comprar,
que ya tendremos tiempo el sábado
y ahora vamos directos a la cena en nuestro
restaurante típico con vistas y música
de fondo, cual turistas adinerados, que
no se diga.
Ya con la noche, regreso al hotel, excepto
para los Magantos, que serán los
sacrificados para poner la x en la visita
al hotel A for Athens para ver las vistas
nocturnas del Partenón desde su romántica
terraza. La única pega, las miradas
altaneras del resto de clientes de la terraza
por las pintas con la camiseta roja, que
no iba en sintonía con el entorno
chic del hotel, pero oye, que uno lleva
la vestimenta Topodiving desde que se levanta
hasta que se acuesta, y con la cabeza bien
alta. Es lo que hay: somos de Topodiving,
no se puede negar, somos de Topodiving,
nos gusta bucear.
Viernes
10 de agosto. Atenas. JOSE.
El
día empieza bien, en vez de quedar
a las 8:45, la hora de oficial de salida
Topodiving es a las 9.00
Tras la salida llegamos a la parada de metro
y aparece la primera "julitada",
no protagonizada por Julio, sino por Topo:
quien compra billetes de 11 pasaje que únicamente
pueden ser usados por una persona.... el
día parece que promete!
Nada más salir de la parada de metro,
aflora el sentimiento patriótico-nacional:
recolocamos los carteles independentistas
catalanes donde se merecen: en la papelera!!!
Pese
a ello, iniciamos nuestra travesía
cultural visitando el arco de Adriano, una
especia de "arco del triunfo"
que une la Acrópolis con las otras
estructuras de la Atenas clásica,
como por ejemplo el Olimpeion, el templo
dedicado a Zeus, el más grande del
mundo y con las columnas más grandes
jamás realizadas, el cual fue nuestra
siguiente visita.
Tras
la visita a dicho templo, seguimos haciendo
honor a nuestra camiseta, arrancando carteles
de independentismo catalán. Celia,
de hecho ha sido participe de tal acto de
vandalismo, seguramente condicionada por
su madre, quien nos ha instigado a cruzar
en rojo por las calles atenienses.
Seguimos hacia el Palacio de Congresos,
pasando por un antiguo baño romano.
Dicho Palacio de Congresos está repleto
de columnas, pero todas nuevas: tratan de
simular la Grecia clásica con una
construcción moderna.
Ya empezando el cansancio a hacer mella
en nosotros... qué mejor forma de
levantar el espíritu que ir hacia
el estadio Panatinaico, en perfecta conservación.
Algunos han aprovechado para sentirse auténticos
atletas corriendo por el mismo suelo que
albergó tantos eventos olímpicos.
Otros, simplemente subieron a lo alto de
la última grada para ver el esplendor
y tamaño de dicha construcción
arquitectónica. Tras pasar por el
túnel secreto, se han podido ver
las antorchas olímpicas que han portado
el espíritu competidor y el afán
de superarse por los diversos juegos modernos.
Tras esto, la foto en el podium era obligatoria
así como sentarse en las antiguas
sillas de mármol destinadas a los
reyes de la antigüedad.
Tras esta vista, caminamos hacia otro templo,
este menos conservado, pero de igual modo,
deja intuir los encantos de la época.
Se trata del lykeion, el templo de Apolo.
Aquí tuvieron lugar grandes batallas
filosóficas, entre los que sin duda,
se conocerán gran parte de los artífices:
Aristóteles, Protágoras, Platón,
Isócrates y el bien conocido Sócrates.
Tanto filosofar... y delinquimos!! nos colamos
en este templo. Hemos sido conscientes de
tal hecho en el momento de abandonarlo,
donde observamos una cabina con una persona
vendiendo/validando los tickets.... ainsss
estos atenienses....
Continuamos
el tour cruzando el jardín nacional,
donde se encuentra un pequeño zoológico,
alimentado por los turistas, pese al cartel
"no alimentar a los animales",
y se puede ver un pequeño lago artificial
de 2 cm de profundidad, pese a que algunos
de los más miedosos pensaran que
se trataba de, al menos, 1 metro. Ya llevamos
una hora... y el grupo hace presión
ante el líder: se apalancan y piden
descanso de 5 minutos.
Tras
estas recuperadas energías, se continúa
hacia la Linterna de Lysikrates: ancha "columna
corintia" coronada con el dios Dionisio
(el del teatro y el vino). Continuamos hacia
la taberna "To Kafeneio", donde
repondremos energía, no sin antes
subir una gran cuesta, simplemente para
"abrir el hambre". Pese a nuestras
bajas energías, conseguimos culminar
dicho reto y seguir hacia el tan ansiado
festín: varios platos de comida griega.
Los más ricos, desaparecían
de la mesa en la que se encontraban los
niños y los Perea, mientras que los
restos de los menos apetitosos eran trasladados
a la mesa restante....
Fin
del festín! tocó repetir helado
en frente a la parada de metro de Acrópolis,
donde, nada más terminar, pusimos
rumbo hacia el hotel para la tan merecida
siesta y refrescación en la piscina,
con vistas al Partenón.
18.30...
salida del hotel ya con energía renovada
y empezamos a caminar por el barrio de Exarchia,
donde se nota una mayor decadencia económica.
A muchos de nosotros nos ha recordado a
la oceánica de hace un par de años:
Marruecos, donde los hombres están
vagando a sus anchas, riendo y bebiendo
mientras no hay rastro de las mujeres que,
seguramente, estarán trabajando en
24x7 (¿Cuántas generaciones
serán necesarias para el cambio de
cultura?). Continuamos mientras vemos diferentes
pintadas, así como gente tirada en
la calle y... de repente... aparecemos en
calles con tiendas donde, por nuestro uniforme,
no nos dejarían ni tocar el escaparate...
Durante el cambio entre calle muy rica y
barrio muy pobre ha sido patrocinado por
la Universiad, la Academia y la biblioteca
Nacional, así como el Banco de Atenas.
Al fin nos dirigimos a recoger pizzas para
cenar... por lo que toca subir!! y subir!!
y subir!! haciendo que nuestras piernas
y glúteos se endurezcan lo suficiente
para poder merecer tan ansiada cena: Compramos
Pizza y bebida y subimos a lo alto del monte
Licabeto, esta vez en teleférico...
o tren subterráneo, ya que no había
vistas, a excepción de la pared.
Sin embargo, una vez en lo alto... la vista
nocturna de la ciudad de Atenas es, en una
palabra, preciosa. El color rojizo de la
puesta de sol cambiante a negro nocturo,
con marte culminando dejan una vista muy
poco común.
Tras la cena con estas vistas (por supuesto,
la Acrópolis culminada con el Partenón
no queda en menor posición), procedemos
a descender por la colina, empleando el
móvil de linterna para tener pasos
certeros, mientras nuestras vistas se deleitan
con la ciudad.
Ya en el pie, tomamos camino hacia el metro
y al hotel!
Sábado
11 de agosto. Atenas - Madrid. JOSE.
Time
is running out... todo lo bueno, se termina
y hoy es el último día. Continuando
con la decadencia en la hora de quedada,
la cita ha sido a las 10.00 en la recepción
del hotel, con las maletas preparadas para
ser abandonadas en recepción, mientras
exprimimos las últimas horas en territorio
griego. ¿¿qué puede
faltar?? pues en lo que ya nos hemos vuelto
expertos : Segway!!!
Nos ha tocado una guía que habla
un español muy bueno! por lo que
la instrucción promete, además,
hemos pasado el test para pilotar el aparato:
ya somos expertos!!
Empieza el tour!! y allí vamos!!
primero vamos por la segunda calle más
cara de Atenas!! adivináis qué
está allí?? Pues claro!! la
Embajada Española!!! (si hay pasta
de sobra...) y, al otro lado... la Acrópolis!!!
de ahí que sea tan cara, aunque tiene
una pega: no se pueden modificar las fachadas!!
(vamos, menuda pega..). Un poco más
arriba paramos y vemos el odeón de
Herodes Ático, que recibe este nombre
en honor a quien cedió parte de su
fortuna para honrar la memoria de su mujer.
Construido en el siglo 2 d.C. hoy en día
es empleado puntualmente para realizar representaciones
teatrales. La principal diferencia entre
un teatro y un odeón es... que el
odeón tiene techo!!! resulta que
todos los teatros modernos son Odeones...
ainss qué incultura.
Continuamos nuestro camino hacia el Observatorio,
en la colina de Pnyka en la que los hombres
atenienses (con al menos abuelos y padres
atenienses) se reunían para votar,
donde hay otra buena vista del Partenón,
lo que hacía que los votantes se
despistaran con las vistas y se decidió
poner las sillas dando la espalda a dicha
obra majestuosa. Desde aquí, se ven
las otras 2 colinas: la de Acrópolis
o colina sagrada ya que su papel era de
ser el centro religioso de Atenas: incluso
la entrada principal parece la entrada a
un templo. Es en esta colina donde se erigen
los templos más importantes:
Partenón: con una estatua de Atenea
de 12 metros.
Templo a Atenea: Este sin alas, ya que era
un símbolo para demostrar que los
atenienses no necesitaban las alas de Atenas
para derrotar a los espartanos
Columnas en forma de mujer: templo dedicado
a Poseidón, Vulcano (dios del fuego
y de la cirujía) y otros dioses mitológicos
y la que está en frente, la colina
de Areópago, que recibe este nombre
por ser el lugar donde Ares fue juzgado
y exonerado por matar al hijo de Poseidón.
Tras
esto, continuamos hacia el barrio de los
alfareros, Kerameikos, donde antiguamente
pasaba un río y hacía que
la arcilla de ese lugar fuera excelente.
Más tarde, se construyó un
muro para progeter el ágora (o centro
de la ciudad) dividiendo el barrio en 2,
siendo la parte externa del muro empleada,
posteriormente, como cementerio.
Fin
del tour, por lo que vuelta a la base, reponer
líquido... y 5 horas libres!!
Tras
estas horas libres de compras: camisetas
personalizadas, vestidos, helados.... nos
reunimos en el hotel, cambiamos camiseta
por Polo... y Magantos a comprar la cena
(Gyros)!!. Subimos al autobús...
y hacia el aeropuerto!!! Camino sin incidencias
y con alguna siesta. Llegada al aeropuerto
3 horas antes de la partida del vuelo (creo
que nunca llegué con tanta antelación....).
Facturamos.... y Topo family a comprar comida
en McDonals!
Se visitan las tiendas del aeropuerto, pasamos
controles de seguridad, buscamos agua....
y partida al jungle Speed!! (el juevo oficial
topodiving 2018). Mientras los más
jóvenes jugaban, Perea y Julios compran
la cena en el aeropuerto. Ya listos para
embarcar, subimos al avión... y "con
la imposibilidad de salir a las 9.00"
impuesta por Paula.... retraso de 45 minutos!!
en un avión nuevo... con asientos
de piedra no inclinables.... pero bueno
al final el vuelo despega y cada uno se
entretiene con lo que puede: intentar dormir,
ver Frozen, jugar con los hijos, jugar en
el móvil con el juego de la pelota
saltarina o con el Logic Master...
Aterrizaje en barajas... recuperar maletas...
a excepción del carrito de Elena....
que se perdió temporalmente.
Despedida con besos, abrazos y bostezos...
y cada uno para su casa y Dios en la de
ninguno!
|
CELIA
Lo
que +
Una
playa al lado del hotel y que tenga
agua azul turquesa. Segway.Ir en autocar
todos juntos.
Lo que -
No
hay nada que comentar.
Lo que me gustaría en la próx
Oceánica. Juegos con mortadelos.
Cosas divertidas para niños |
MARIA
Lo
que +
La playa limpia al lado del hotel.
El Segway con la guía turística.Ir
de compras. Tener tiempo para hacer
fotos turísticas.
Lo
que -
Qué
tan solo hayamos utilizado los mortadelos
en dos momentos (viaje de ida a Syros
y viaje de vuelta a Atenas).
Lo
que me gustaría en la próx
Oceánica. Ir a sitios con leyendas
o mitos. Hacer la ruta en bicicleta,
pero en sitios poco concurridos |
PAULA
Lo
que +
Playas
con agua azul turquesa. Lugares característicos
y pintorescos, como Mikonos y Atenas
por sus monumentos. Segway con guia.
Camisetas y polos fresquitos, (se
apuntan Maria y Celia al comentario).
Hotel con playa.
Lo que -
Pérdida
de tiempo en traslados
Lo que me gustaría en la próx
Oceánica. Guía turístico.
Lugares típicos y sorprendentes.
Playas guays |
JUAN
LUIS
Lo
que +
Pescar,
jugar con Marcos y Javi, la playa
del hotel e ir todos juntos en el
autobús.
Lo que -
Que
no viera Miguel Remedios.
Lo que me gustaría en la próx
Oceánica. Que haya parques
acuáticos y de atracciones.
|
OLIVIA
Lo
que +
Estar
con los Magantos y María Perea.
Lo
que -
Que
nos fuéramos antes y no montar
en segway.
Lo
que me gustaría en la próx
Oceánica. Todo el día
en segway
|
SARA
Lo
que +
Ir
en el autobús. Cantar y bailar
con Celia y Sara. El hotel (palomitas,
helados, piscina,...)
Lo que -
No
ir en segway.
Lo que me gustaría en la próx
Oceánica. Que no sea de andar. |
SARA
Lo
que +
El
segway, el hotel de Siros con el tobogán
y la playa al lado. Los juegos con
mortadelos en el barco.
Las mañanas libres para estar
en la piscina y la playa mucho rato.
Lo
que -
El
madrugón del primer día
Lo
que me gustaría en la próx
Oceánica. Segway más
tiempo y más días y
juegos con mortadelos.
Que volvamos a ir todos de viaje,
que no falte nadie, y que vuelvan
Lucia y Miguel.
|
JAVI
Lo
que +
El
segway, el hotel de Siros con el tobogán
y helados y palomitas gratis. Los
juegos con mortadelos en el barco.
Las mañanas libres para estar
en la piscina y la playa mucho rato.
Jugar con Juan Luis.
Lo
que -
El
calor
Lo
que me gustaría en la próx
Oceánica. Segway todo el día
y todos los días. Ir a un parque
acuático y hotel con piscina
y tobogán otra vez.
|
|